domingo, 26 de octubre de 2014

EL TEMPLO- Cantar de CiudaPueblo (locaciones)

de Casper Uncal

Una vez fue una alta construcción de piedra
Que sirvió de punto de encuentro a los fieles
De una noble doctrina devenida en secta,
Con su campanario en la torre elevada,
Y profundas criptas de intrincadas redes.

Pasó tanto tiempo casi abandonada
Que muchos la usaron como fortaleza
Reclamando sus salas, patios y aposentos
Para sus rituales, sus cultos y fiestas
(diferentes credos sin propia morada)
Y grupos armados sin asentamiento
Que se sucedían en enfrentamientos:
Su estandarte izaron en el campanario
(algunos por meses, otros varios años)
Cambiando el escudo como cambia el viento.

Los cantos y coros de monjes y monjas
Se elevan a  veces llenando el silencio,
Y a veces es turno de escuchar espadas
Chocando en combates o en adiestramientos.
O si no resuena el martillo en la forja,
Si es sede de artífices de cualquier Gremio.

Saqueadores, piratas y fugitivos,
Mercenarios, desertores y bandidos:
Diferentes tipos de aventureros
Que dejaron allí tanto olor a sangre
Que fue necesario que limpien los suelos
Fregando la madera con vinagre.

Un secreto esconde entre las sepulturas
Detrás de una enorme roca circular
Que tapa un agujero en los muros de tierra
Donde una inscripción de difícil lectura
Dice al que las letras pueda descifrar

Este lema: “somos el escudo de piedra” 

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