domingo, 24 de enero de 2016

CIUDAPUEBLO: LOS FEUDOS


    En los papeles, claro, el trazo es impecable. Las avenidas, los canales, los jardines… las simetrías y equivalencias se suceden en un entramado de obsesivo planeamiento. Es seguramente por eso que, en la vida real, los diferentes latifundios fueron siempre territorios de fronteras inciertas.
   Cada zona de CiudaPueblo es un dominio que puede cambiar imprevisiblemente de límites y dueño, desvirtuando el orden de mapas y de planos.
   Los feudos principales (la Acrópolis, Feudo Catedral, quizás el parque del Santo Mártir), no cambian en esencia. Tampoco el Mercado ni Los Establos. Las Cortes, si se lo puede considerar realmente un Feudo, apenas varía. Pero Ciudácadémica no deja de expandirse alrededor del Bosque de las Fieras. Feudo Alto mantiene su constante litigio con La Duna, discutiendo sus derechos alrededor de la Torre Caracol.
   La Necrópolis sigue aislada por el Páramo, y crece hacia afuera del foso circundante. CiudaVieja siempre suma alguna nueva compañía de bandidos que se la adjudica, y de las Casas de Sanación muy pocos se preocupan. En Las Vísceras no entra ni la Guardia Urbana, del Feudo Rojo no se habla por obvias razones, y cuánto abarca Feudo de Nadie es una incógnita.

   Fuera de la protección del Foso Circundante, la comuna se desgrana en latifundios agrícolas, parajes hostiles y terrenos salvajes (aunque hacia adentro, la seguridad es relativa: hay muchos Señores Feudales y demasiados mercenarios…)

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