miércoles, 19 de marzo de 2014

ESPEJITO ESPEJITO

de José Lombardo

Giró siete veces a la izquierda y así lo hizo el resto. Giró siete veces a la derecha y los otros lo imitaron. Miró arriba y abajo siete veces, encontrando siempre su mirada con la de los demás. Cada detalle, cada imperfección, cada dedo, cada pelo, cada gesto y cada mueca eran reproducidos con extrema precisión.
Se vio rodeado de sus vacías réplicas, que copiaban sus movimientos, su pestañeo y su respirar. Se acercó a uno de sus tantos otros yo y quiso hablar, pero solo abrió y cerró la boca. No podía expresarse, no podía opinar, no podía maldecir, no podía hacer una carcajada, no podía suspirar, no podía ser escuchado y no podía callar.

Qué lástima que los reflejos no tengan voz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario