de Facundo Martínez.
Viene de nuevo,
1,
2
3,
4.
Infinito
3, 4.
Viene
pero nunca se va,
nos
recibe, nos tortura, nos despide.
Pero
nunca se va.
Miramos
la pared tratando de poner la mente en blanco.
Y
podemos escucharlo.
Empañamos
el vidrio, secamos los platos, cerramos la puerta.
Y
podemos escucharlo.
Decimos
"mi sentido pésame", besamos una frente fría, esperamos en una silla.
Y
podemos escucharlo.
Cada
vez el mundo trata de hacerlo desaparecer,
un
día más, y es una muñeca menos que lo tiene.
Pero
está (siempre está).
Antes
de ser, preguntaban por mí y por él.
Siendo,
preguntan por mí y por él.
Cuando
deje de ser, van a preguntar por mí, y él va a seguir creciendo.
Nunca
se hace pequeño, siempre se desarrolla, siempre acumula.
Siempre
nos da miedo.
Siempre
suena fuerte cuando queremos silencio.
1,
2
3,
4.
Infinito
3, 4.
(Y
puedo escucharlo mientras escribo esto sobre el)
Tic, Tac
Tic, Tac.
Infinito Tic, Tac.
No hay comentarios:
Publicar un comentario